En el antiguo Egipto, las diosas representaban fuerzas cósmicas, aspectos de la naturaleza, la protección, la fertilidad y la sabiduría. Entre ellas destacan Isis, Hathor, Bastet, y Sekhmet, cada una con energías únicas que se creían activadas o canalizadas a través de amuletos y joyas sagradas, especialmente el oro.

El oro era considerado un metal divino, asociado al sol, a la eternidad.
Las pulseras de oro no eran solo ornamentales, sino símbolos de protección espiritual y poder energético.

Estas joyas también se consagraban en rituales, absorbiendo la energía solar durante el día y liberándola como poder protector en el cuerpo de quien las llevaba.

Mi intención es que lleves estas pulseras como símbolo de poder conectando con la energía de tu Diosa interna.